lunes, 25 de octubre de 2010

Novena a San Martín de Porres - Nuestro Patrono

Martín de Porres nació en Lima, Perú, en 1579. Su padre, don Juan de Porres fue un noble español que más tarde se convirtió en gobernador de Panamá. Su madre fue una mujer negra libre llamada Ana Velásquez. Algún tiempo después de su nacimiento, los padres de Martín se separaron. Su padre abandonó a la madre de Martín y sus pequeños hijos en una situación económica desesperada. Esto no amargó Martín, sino que lo hizo sensible a la difícil situación de los desfavorecidos, especialmente los huérfanos a quienes dedicó gran parte de su tiempo y recursos.

Habiendo recibido una educación rudimentaria de un tutor, Martín fue aprendiz de barbero, una profesión que en aquel tiempo combinaba el corte de pelo con conocimientos médicos y quirúrgicos. Martín dominó rápidamente a su actividad, pero a la edad de quince años, solicitó su admisión en un convento dominico. En lugar de entrar como hermano lego, solicitó la más humilde posición como Donado o laico ayudante, encargado de las tareas serviles del monasterio. Fue aceptado, y así asumió el hábito dominico. Desde muy joven, él era muy devoto a la oración y la práctica de su fe. Como Dominico, este deseo innato creció y se desarrolló hasta el punto que era conocido por su santidad y la piedad.

A pesar de su extrema humildad, Martín no pudo disimular sus talentos y habilidades, especialmente sus habilidades médicas. En poco tiempo se le dio el cargo de la enfermería del monasterio. Por su conocimiento ingenioso de los remedios hechos con hierbas y medicamentos caseros, Martín ganó una gran reputación como sanador en todos los estratos de la sociedad, a pesar de las divisiones sociales y raciales de la época. Martín no limitó su ministerio de curación sólo convento. Él cuidaba a los enfermos y heridos donde quiera que se encontrasen, especialmente a las personas sin hogar que vivían en las calles de Lima, que no tenían a nadie que cuidara de ellos.

La caridad de Martín se derramó sobre todos, y especialmente sobre los que no contaban para la sociedad - los aborígenes, los pobres, los enfermos. Atendió también especialmente a los esclavos africanos, a los que llevaba los regalos de comida y bebida que le hacían, curaba a los enfermos y consolaba a los decaídos.

Debido a este servicio de amor, Martín es conocido como el Apóstol de la Caridad. Incluso los animales eran objeto de su servicio de amor. Una vez en la cocina, uno de los frailes se sorprendió al descubrir a un perro, un gato y un ratón, todos comiendo de forma simultánea del mismo plato que Martín les había preparado - una imagen del "reino de paz" que floreció en su presencia.

A pesar de que Martín nunca ocupó ningún tipo de cargos, fue un líder y un innovador. Cuando los funcionarios de la ciudad y del gobierno se negaron a construir un orfanato, Martín logró reunir el dinero y organizó, él mismo, la construcción. También previó la educación de los huérfanos. Su celo en el cuidado de los demás desafió a sus contemporáneos a seguir su ejemplo.

La vida de San Martín de Porres es fuente de inspiración para nuestra Escuela. Deseamos asumir los valores del trabajo, del estudio, del servicio, y de la oración como valores fundamentales.

También conocido como patrono de los que trabajan por la justicia social, Martín de Porres es un modelo para los estudiantes, profesores, personal y padres de la Escuela de Educación Técnica 8108 “San Martín de Porres”

1 comentario:

Anónimo dijo...

Soy María Silvia, religiosa, vivo en Montevideo, Uruguay. Desde hace un par de años, nos hicimos cargo de la capilla San Martín de Porres. Estamos preparando su fiesta, y quería agradecerles que hayan publicado la novena, muy buena, nos ayudará en la reflexión de la procesión. GRACIAS POR COMPARTIR...