Año a año se repite una historia similar: los alumnos del 8º año "se hacen cargo" de la huerta escolar. Traen muchas expectativas y esperanzas. Limpian el terreno y comienzan su siembra. Hay mucho de simbólico en esa actividad ya que la siembra representa y materializa sus esfuerzos y sus ganas de hacer producir y florecer la propia tierra.
Los docentes reconocen ese ímpetu especial de los jóvenes estudiantes del 8º año, sobre todo al descubrir su "especial dedicación" al estudio. Estamos acostumbrados a ver en el docente al "sembrador", pero estas imágenes nos muestran otra perspectiva: sembradores somos todos, docentes y alumnos. Todos esperamos que la semilla, sembrada con dedicación y constancia, dé su mejor fruto.
Los docentes reconocen ese ímpetu especial de los jóvenes estudiantes del 8º año, sobre todo al descubrir su "especial dedicación" al estudio. Estamos acostumbrados a ver en el docente al "sembrador", pero estas imágenes nos muestran otra perspectiva: sembradores somos todos, docentes y alumnos. Todos esperamos que la semilla, sembrada con dedicación y constancia, dé su mejor fruto.
