jueves, 28 de octubre de 2010

Cuarto día de la novena - Amistad


Oración inicial:

Señor y Padre nuestro, sabemos que nos amas y nunca nos abandonas, por eso quisiste mostrarnos en San Martín de Porres un modelo de vida entregada a tu servicio: él fue humilde y religioso, bondadoso con todos y buen amigo, trabajador y solidario. Toda su vida estuvo basada en la fe, en la esperanza y en la caridad. Derrama en nosotros tu Espíritu de Amor para que alentados por sus virtudes y ejemplos también nosotros seamos testigos de Amor. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

Reflexión:

Amistad

El ser humano es un ser social. Nacemos de la relación de dos personas y, a diferencia de otros seres de la naturaleza que, apenas momentos después de nacidos, pueden desplazarse y alimentarse por sí mismos, nosotros, en la infancia, dependemos de alguien más para sobrevivir.

Nuestra naturaleza social nos lleva a apreciar la compañía de los demás y a buscar compartir el tiempo y las actividades con otros. Nuestra necesidad de estar con otras personas, sólo se equipara a nuestra capacidad de ofrecerles compañía y aliento en las cosas buenas que hagan.

Pero, a veces, nuestra experiencia cotidiana nos muestra que nuestra capacidad de amistad también está alterada: en vez de acompañar a los demás en las cosas buenas, los dejamos solos; y, en vez de buscar amigos para hacer el bien, buscamos cómplices para hacer cosas que no están del todo bien. Es decir, no cualquier amistad es verdadera.

Sobre la amistad se ha escrito mucho, es una experiencia profundamente humana. Sócrates decía: “dime con quién andas y te diré quién eres”.

Cicerón consideraba que “el primer precepto de la amistad es pedir a los amigos sólo lo bueno, y sólo lo bueno hacer por ellos”.

Calderón de la Barca expresaba: “Es parentesco sin sangre, una amistad verdadera.”

Francis Bacon decía que “La amistad duplica las alegrías y divide las angustias por la mitad”

Toda la Biblia es una historia de amistad: Dios quiere hacerse amigo de los hombres. Por eso, hay mucho sobre la amistad en la Palabra de Dios, recordemos algunos párrafos:

“Si te juntas con los sabios, te harás sabio; si frecuentas a los necios, serás como ellos” (Prov 13);

"El amigo fiel no tiene precio, no hay peso que mida su valor" (Eclo 6,15);

"El amigo ama en todo tiempo; es un hermano para el día de la desventura" (Prov. 17,17);

"El que teme al Señor es fiel en la amistad, y como fiel en él, así será su amigo" (Eclo 6,17);

"Abraham creyó y fue llamado amigo de Dios" (Sant 2,23);

"Nadie tiene amor más grande que el que da la vida por sus amigos" (Jn 15,13).

"Ustedes son mis amigos, si hacen lo que les mando" (Jn 15,14).

"A ustedes los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre" (Jn 1 5, 15).

San Martín de Porres fue amigo de todos en la ciudad de Lima, y especialmente de Santa Rosa, San Juan Macías y Santo Toribio. Con todo, el principal amigo de Martín fue el mismo Jesús, con quien compartió una profunda amistad en la oración.

Pidamos a San Martín que nos libere del egoísmo y que aprendamos a ser verdaderos amigos. Que Jesús encuentre siempre en nosotros un amigo sincero, capaz de ayudarlo en su obra de amor para bien de todos los hombres.

Oremos:

- Por nuestros amigos, para que Dios los llene de sus dones y tengan una vida buena y tranquila. Oremos.

- Por quienes se sienten solos, para que encuentren en el camino de la amistad la ayuda que necesitan. Oremos.

- Por quienes se encuentran atrapados en falsas amistades, para que Dios los ayude a encontrar el camino de la verdad. Oremos.

Padre Nuestro…

Gloria al Padre…

Oración conclusiva:

Señor y Padre nuestro, que guiaste a San Martín de Porres por el camino de la humildad a la gloria del Cielo, guíanos también a nosotros que queremos ser verdaderos hijos tuyos. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

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