La E.E.T. se propone alcanzar los siguientes objetivos:
1. Contribuir al desarrollo armónico e integral del alumno, desde los principios de la religión católica.
2. Promover el desarrollo endógeno y autogestionario de la región.
3. Promover la comprensión y respeto de los procesos naturales, desde los principios de la ecología.
1. Contribuir al desarrollo armónico e integral del alumno, desde los principios de la religión católica.
Pensamos a la persona como una totalidad, espiritual y orgánica, integrada a su medio, natural y social. La entendemos como un ser libre, con una vocación trascendente y una misión personal: hijo de Dios (su imagen y semejanza) y llamado a la santidad. Como un ser en evolución, perfectible por su capacidad de aprender y defectible por su capacidad de errar. Es un ser abierto y dialógico por su inteligencia y libertad, comunicador y simbolizador, capaz de valorar su cultura y trascender la realidad donde está inserto en función de una escala de valores.
Para este ser en crecimiento es adecuada una formación integral con sentido trascendente en las dimensiones bio-psico-social-espiritual/moral, de acuerdo con la madurez e intereses propios de la edad. Por ello la educación debe llevar a un proceso de humanización y personalización; pero, como el hombre “es” y “se hace” con los demás, la educación lo deberá llevar a un descubrimiento de su situación, de su realidad y de su cultura, reflexionando sobre la misma y en los valores que la sustentan llegando a una “recreación cultural”, en el sentido más amplio.
El aprendizaje se irá dando a través de un proceso de construcción permanente de la personalidad y de su realidad para transformarla, en tanto él mismo se transforma. La apropiación de la realidad se hará a través de contenidos, procedimientos, actitudes y conceptos, atribuyéndoles significados y estableciendo relaciones entre lo que se aprende y lo que ya se conoce.
Si bien el colegio ofrece una educación basada en principios de la religión católica, su propuesta educativa no es excluyente y asisten a la misma alumnos de otras denominaciones y cristianas; promoviendo el respeto por la libertad religiosa, el compromiso con lo religioso y el ecumenismo.
2. Promover el desarrollo endógeno y autogestionario de la región
Buscamos preparar al alumno para una participación activa en los diversos ámbitos de la vida social, política, cultural y económica desde una actitud ética reflexiva y crítica del continuo cambio social y tecnológico.
Pensamos que debemos proporcionar a la población rural conocimientos (capacitación y tecnologías compatibles con los recursos que realmente poseen) para que ellos mismos puedan solucionar sus problemas: a) con mayor independencia de aquellos recursos escasos e inaccesibles; y b) con máxima eficiencia en la utilización de los recursos cuando estos estén disponibles y/o sean accesibles.
Por eso proponemos un modelo más endógeno, es decir, que el desarrollo esté basado principalmente en el uso racional y en el incremento de la productividad de los recursos que los pobladores rurales realmente disponen, aunque estos sean escasos; y más autogestionario, de modo que los mismos pobladores rurales tengan los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para que se profesionalicen y, con ello, puedan asumir como suya la responsabilidad de transformar sus problemas en soluciones, emancipándose de aquellas dependencias externas que son reconocidamente prescindibles. En este modelo es la eficiencia la que genera recursos adicionales.
Este modelo también favorece el arraigo. Intentaremos con ello reducir el evidente desencuentro y desconexión que actualmente existe entre lo que se enseña en las escuelas rurales y lo que los alumnos realmente necesitan y desean aprender.
3. Promover la comprensión, respeto y aprovechamiento de los procesos naturales, desde los principios de la ecología.
Nuestro mundo natural es un sistema complejo, pero puede ser comprendido desde los “procesos naturales”. En nuestro proyecto educativo se pondrá especial acento en estudiar cada uno de esos “procesos” para promover el trabajo “con la naturaleza” y no “contra la naturaleza”, favoreciendo el aprovechamiento racional de los recursos naturales y, a la vez, cuidándolos mediante un adecuado manejo “agro-silvo-pastoril”.
De esta manera pensamos en contribuir a la defensa y protección del medio ambiente frente a propuestas de tecnologías “transgénicas”, que no hacen otra cosa que aumentar la dependencia de la población rural y destruir su hábitat.
